Texto1


No voy a decir por donde voy a comenzar. Sólo se que existe un camino cada vez mas despejado. Rebeca nació en noviembre en algún año entre mediados de los veintes y comienzos de los treintas. Durante su infancia vivió en Jauja, una pequeña ciudad de provincia en el Perú, y luego en el Callao, el Puerto de Lima. Su padre fue Don Augusto Mieses, comerciante, de ascendencia española-judía (sefardí) y su madre Doña Adela Mesa de Mieses, ama de casa, de familia mestiza e indígena. Rebeca tuvo 4 hermanas y 2 hermanos. Ella fue la cuarta en nacer, y al hacerlo empieza esta historia. No se si ella recordaba sus primeros cuatro años de vida o los había olvidado por completo como yo. Se que fue feliz y que todo fue de ella hasta el nacimiento del siguiente hermano. Luego todo se hace borroso. A partir de aquí la historia se hace poco clara y varía entre su personalidad explosiva y brillante hasta sus desvaríos y tratamientos psiquiátricos. Ella fue un secreto y, por lo que sé ahora, lo sigue siendo. Cuando yo era niño recuerdo detestar ir a su casa y quedarme a solas con ella. Le tenía miedo. Sin embargo su casa era lo suficientemente grande como para perderme entre sus esquinas y encontrarlo todo. Entre las cosas que encontré estaban sus pelucas, pestañas y uñas postizas, medias nylon usadas y guardadas, juguetes, herramientas sucias, cartas de amor y mucho dinero, el cual se encontraba escondido entre los bolsillos de su ropa. También encontré balas, una revista playboy y una mini-ametralladora conocida como mini Oozy, todo esto, supongo, de propiedad de mi abuelo. Alfonzo (ese es el nombre de mi abuelo) se cazó con Rebeca en 1950 y tuvo tres hijos con ella, la mayor de ellos es mi madre. A fines de los sesentas, durante una dictadura militar de izquierda que se hizo llamar "la revolución peruana" fue nombrado director general de la policia. Previamente hizo cursos de investigación e interrogación con el FBI y en Israel.
Quizás estos fueron los mejores años en la vida de Rebeca, casada con un hombre poderoso, con reconocimiento social y dinero. Los únicos detalles fueron que mi abuelo la engañaba y ella lo sabía y que muchas veces no podía controlarse. Rebeca era maniaco-depresiva. Y violenta, muy violenta.
El año en que yo nací mi abuelo se retiro de la policía, el Perú tenía después de doce años un gobierno democrático y Sendero Luminoso, una guerrilla campesina, le declaró la guerra al estado. Doce años y medio millón de muertos después, Rebeca pasó el año nuevo abrazada a su hija, mi madre, yaciendo ambas en su cama royal, de caoba labrada y con agujeros de polilla. Cinco años antes en su cabeza habian explosiones que no la dejaban en paz. Fue internada en una clínica psiquiátrica con una camisa de fuerza. Durante su internamiento mi hermana y yo acompañabamos a mi madre a visitarla. La mayoría de veces nos hacían esperar fuera de su habitación, otras veces entrabamos y se alegraba por la visita, otras veces no sabía quiénes éramos y debíamos esperar nuevamente fuera de la habitación. Se le diagnosticó demencia y se le recetó píldoras de líteo, así como escribir un diario. El diario está perdido. Después de algunos internamientos fue dada de alta y permaneció en su casa con una enfermera. Y el año nuevo de 1993 yació en su cama. Al día siguiente, el 2 de Enero, muchas cosas sucedieron en el mundo: George Bush S. firma un acuerdo de desarme con Rusia traz la guerra fría, Marines norteamericanos deciden salir de Somalia, Bosnia y Serbia discuten sus nuevas fronteras, un incendio arraza uno de los mayores mercados de contrabando de Lima y dos mujeres fueron atropelladas mientras esperaban un bus. Ese día Rebeca se levantó muy temprano y decidió ir a caminar. Salió de su dormitorio y se recorrió el resto de cuartos con mucho cuidado; dos de sus hermanas habían pasado la noche ahí. Luego bajó discretamente las escaleras y su mirada se detuvo en Alfonzo. El la vió y volvió la mirada al televisor. La enfermera había salido de la casa dejando la puerta abierta. Rebeca salió de la casa y caminó, caminó, caminó...

Keine Kommentare: